CON LA CABEZA SIEMPRE MUY ALTA

Bajo el durísimo régimen penitenciario italiano, 3 compañerxs anarquistas se enfrentan a largas e injustas condenas.

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Alfredo Cospito y Anna Beniamino, dos compañerxs anarquistas que desde hace años están secuestradxs en las cárceles italianas de máxima seguridad, arriesgan una condena que podría ir desde los 24 años a la cadena perpetua. El Tribunal rechazó cualquier prueba presentada por la defensa y ha agravado la sentencia tanto en años como en definición, acusándolxs de 'estragos con fines políticos'.

Además, desde mayo, Alfredo está encerrado en un régimen de total aislamiento, el art. 41 bis, que muchxs definen como “ser sepultado vivo”. De este durísimo régimen penitenciario, que no había sido aplicado con anterioridad a anarquistas, sólo se puede salir mediante el arrepentimiento y la colaboración, sembrando un peligroso precedente.

Juan Sorroche, compañero anarquista acusado de colocar un artefacto explosivo en la sede de la “Lega”, un partido de extrema derecha muy parecido a Vox, desde algunos años en clandestinidad y desde hace tiempo en prisión preventiva, ha sido condenado a 28 años, con la agravante de finalidad terrorista.

Está claro que la intención del Estado es castigar a lxs compañerxs, no sólo por los actos, sino también por quiénes son y las ideas que representan. Largas condenas pesan sobre las espaldas de compañerxs que, pese la cárcel y el régimen de aislamiento, no han dejado nunca de participar en los debates y las discusiones, ni se han doblegado al encierro. Sepultando a nuestrxs compañerxs quieren sepultar también nuestras ideas y señalar muy claramente aquellas prácticas y acciones que tienen que ser enterradas bajo tierra. Conscientes de que existen muchas formas de luchar contra todo poder. Orgullosxs de las que, como Juan, Alfredo, Ana y muchxs otrxs, deciden no dar ni un paso atrás.

¡Por Alfredo, Anna y Juan, por todxs lxs prisionerxs revolucionarixs!